jueves, 6 de noviembre de 2008

Angel, si tus alas supieran


Estoy enamorada de tus bellos ojos
de tu rostro de niño pequeño
que no sabe lo que le pasa
ni tampoco entiende lo que siento.

Estoy enamorada de tu bella voz
que expresa sentimientos confundidos
entrelazados en el viento,
ahogados en un océano divino.

Estoy enamorada de un amor,
que no existe y que tampoco existirá
de una gran estrella viajera
a la cual jamás podré tocar.

Estoy enamorada de un milagro,
de una ilusión..
que no sé donde empezó,
ni donde terminará...

Beatriz Pereira

mi estimada beatriz, no la beso, por que no le llego


Te quiero
con un dedo en los labios
y con un suspiro callado entre tus dientes.

Te quiero
con el amor poderosamente intacto
en la llama de tus ojos acuosos,
ambarinos,
asoleados en mareas y torbellinos marinos
completamente arrasadores e imperdonables.

Te quiero a solas,
en medio de todos,
o en medio de la nada atroz de dos semanas,
de dos rebanadas vacías de soledad acabada y tonta...
de dos gajos infortunados de caricias, saliva y sal.

Te quiero
porque me gusta el azul,
porque tú eres azul:
como un poema erudito que nace de los pétalos húmedos
de una rosa mística sonrojada en pena y agonía...
como un cielo tranquilo,
poblado de nubes tiernas y esponjosas,
como un beso volátil sin más propósito que ser veloz,
que ser furtivo o incauto.

Te quiero porque lo he elegido,
porque no se me dio de otra!
porque me gusta quererte.
Porque nunca hallé a nadie tan digno de amarse
como tú.